Se acaba el 2010.. feliz

Mario pinta con mis rotuladores de colores un mandala de Gaudi.
Suena jazz de los 50 en un reproductor de CD's.
Se oyen grillos, sapos, pajaros nocturnos, chicharrillas y algún que otro besuqueo de gecko.
Y yo escribo de nuevo, pero ahora sin ordenador, sobre u papel, porque la humedad acabó con mi LG.
Y se respira un ambiente de tranquilidad y varios lazos invisibles nos conectan con muchas cosas.
Los perros dormitan tranquilos a nuestros pies, menos Shiva, que le gusta echarse en el asiento de la silla de plastico. Adora dormir en las alturas. Creo que les podemos hacer unas literas, para que Polo duerma abajo y Shiva arriba, como en las casa de familia numerosa.
Nos fundimos en un beso largo y suave de 30 segundos, que solo puede culminar con una sonisa tontuna y una mirada de cordero degollado, aromatizada a la miel de romero.
Y se pasan rápido los días, entre trabajo, comidas ricas, besos, duchas, parchis, río, playa, cenitas, velas, hogueras, cosquillas... y muchos besos más.
Y la Navidad ya está ahí, en una semana, y es una Navidad distinta a las anteriores, lejos de la familia y los viejos amigos, pero con la certeza en el corazón de que esytoy donde realmente siempre deseé estar... y nunca imaginé que tan bien acompañada.
Aquí me tenéis de nuevo, viviendo el Sueño de Costa Rica.