Disfruta de la experiencia con tus cinco sentidos... la aventura no ha hecho más que empezar. Estamos en Bahía de Uvita, Costa Ballena, Costa Rica. Biología tropical, cocina y arte, los metemos a la batidora... y tenemos nuestro club rural, refrescante y sabroso... ven a disfrutar de nuestros atardeceres!

martes, 13 de julio de 2010

Culebrones costaballeneros...


Hojas, originalmente cargada por Su&Ed in the Jungle.

Lunes 12 de Julio de 2010, Bahía de Uvita, Costa Rica

CULEBRONES COSTABALLENEROS...

Tras varios meses sin frecuentar a nuestro amigo J.C. le llamamos para vernos una noche de sábado. J.C. solía aparecer frecuentemente del brazo de una buena amiga suya, la señorita R.M. divorciada y con descendencia. A ella no parece importarle demasiado que J.C. tenga una esposa y un hijo en su pueblo, a escasos 50 km de aquí, así que eludiendo responsabilidades familiares, salen juntos a bailar y a disfrutar de su mutua compañía. La señorita tiene un buen trabajo muy serio y bien remunerado que le permite relacionarse con ricos gringos jubilados que se encaprichan de jovencitas ticas que les sonríen y les escuchan si chistar todas sus batallitas de abuelo.
Ocurrió que la muchacha conoció a uno de estos señores de la tierra del dólar más genuino, y el hombre la colmó de atenciones, así que ella no pudo evitar doblegarse a sus encantos. Así pues, R.M. decidió dejar de ver a J.C. puesto que estaba bastante enfadada con él al enterarse de que alguna otra noche el muchacho anduvo con otra chica del pueblo disfrutando de anocheceres al rojo vivo. Y ella se quedó con su gringo.
El gringo era buena persona, todo un caballero al más puro estilo John Wayne, pero pronto aburrió a la muchacha. Tras varias cenas románticas a la luz de las velas con champán francés y caviar iraní, y alguna que otra salida al mar en el yate, tres ramos de flores, y una cadena de oro y un reloj suizo, se cansó. Y entonces ella retomó el contacto con J.C. transcurridas unas semanas de D.E.P.C. (distanciamiento y enfado por celos). Ella le confesó lo de su John Wayne, porque él ya lo sabía, e idearon como podían sacar ambos provecho de esa relación tan especial. Así que sabiendo de los negocios del señor gringo, R.M. le presentó y recomendó a J.C. al susodicho norteamericano como empleado de confianza para un nuevo negocio del mister.
J.C. estaba muy contento con su nuevo trabajo, pero solo un día le duró. Ocurrió lo inevitable. Los excesos a determinadas edades se pagan, y el fumar puros a todas horas, beber champán francés como si fuera agua e intentar vivir al ritmo de las jovencitas le pasó la factura al gringo. Se fue de este mundo con la panza bien llena, los pulmones cargaditos, las coronarias totalmente atascadas y cara de resignación.
Y otra vez la situación entre J.C. y R.M se tambaleó, debido al precario equilibrio de funambulista sin red que siempre fue su relación. Él ha vuelto a su trabajo de siempre y ella se esconde en lo alto de la montaña en la que trabaja.
El sábado pasado llegaron juntos... y se fueron separados. Algo se ha quebrado entre los dos. Mi sorpresa es que fuera un yanqui de Minnesota.

Lástima, hacían una linda pareja bailando los dos muy apretados la salsa más calentona un sábado en la disco-móvil del Roca Verde.

Saludos desde la cálida noche de Costa Ballena,

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