Ositos hormigueros con chaleco negro

os osos hormigueros o tamandúas (Tamandua mexicana) pertenecen al orden Edentata, es decir, sin dientes. La base de su alimentación es, como su propio nombre indica, la hormiga, pero también comen termitas, comegenes, abejas… etc .Los tamadúas tienen actividad día y noche, recorriendo más de 50 colonias de hormigas o termitas cada día, tanto en los árboles como en el suelo. En una sola noche, un oso hormiguero puede recorrer hasta 38 árboles para alimentarse. Nuestro tamandúa es pequeño, mide unos 60 cm de largo, sin incluir la cola, y pesa unos 4,5 kilos. Su pelaje es corto de color crema café dorado con un chaleco negro. Su lengua pegajosa, con la que captura su alimento, mide 40 centímetros (dos terceras partes de su cuerpo!!)

Los indígenas Bri-bri admiran su temperamento firme frente a los ataques. Su tradición cuenta que si se encuentran arañazos de oso hormiguero en la casa de una mujer embarazada, el recién nacido será bendecido con el mismo temple.

Sin embargo, un reciente estudio de biólogos de la Universidad Estatal a Distancia, sitúa a este animal como el mamífero silvestre que sufre más atropellos en las carreteras del país, junto al zorro pelón y muy por delante de monos y felinos. Es necesario concienciar a la población de la necesidad de evitar centenares de muertes de estos animales, simplemente reduciendo la velocidad en las carreteras, así como creando pasos de fauna silvestre subterráneos en cruces clave para el paso de éstos y otros animales. Asimismo es de utilidad para los biólogos la recolección de animales muertos en las carreteras, para determinar migraciones estacionales, puntos calientes, frecuencia de atropellos en un tramo concreto y poder proponer medidas a las autoridades competentes, fundaciones y ONG’s que apoyen la etiqueta TURISMO SOSTENIBLE CONSERVANDO LA FAUNA LOCAL. Five Senses Rural Club ofrece estadías de investigación a voluntarios que quieran colaborar en proyectos de este tipo y recibe donaciones para la realización de sus proyectos.

Susana García Blanco

Bióloga, FIVE SENSES Rural Club

Bahía de Uvita

fivesensesrc@homail.com

Dispersiones nutritivas: adictos al azúcar

La adicción al dulce.¿Cómo sustituir el azúcar?

El azúcar es extraído a partir de la caña o de la remolacha, y tiene como único componente químico moléculas de sacarosa (glucosa y fructosa). Lo encontraremos en una infinidad de productos alimenticios, desde caramelos, bebidas refrescantes, pasteles, embutidos y hasta como conservante. Es absorbido muy rápidamente por el intestino delgado, lo que provoca una brusca hiperglucemia (aumento de glucosa en sangre), una excitación física y psíquica, ¡es una buena sensación!, ¿verdad? Claro, pero al poco tiempo llega la hipoglucemia (descenso de glucosa en sangre), que va acompañada de depresión mental y cansancio físico, esto es lo que incita a seguir consumiendo azúcar para volver otra vez al estado de excitación, volviéndose un círculo vicioso.

Para minimizar éstos síntomas y saciar el ansia por los dulces, puedes recurrir a pequeñas cantidades de uvas pasas, frutas maduras, y aumentar la cantidad de cereales integrales en tu dieta, para que la absorción sea de forma más lenta y así estabilizar los niveles y minimizar las ansias por los productos azucarados, proporcionando además minerales y vitaminas que necesita su metabolismo.

No recomiendo sustituir el azúcar por endulzantes químicos modernos (sacarina, aspartamo, ciclomatos, polioles) empleados como sustitutos del azúcar, utilizados en alimentos “bajos en calorias” y para diabéticos, pues aún no se conocen bien los efectos secundarios.

Recomiendo la stevia, un potente edulcorante natural que endulza 300 veces más que el azúcar blanco refinado, procedente de América del Sur, conocido hace siglos por los indígenas. Es tolerado por diabéticos e incluso tiene propiedades medicinales como tónico del hígado, bazo y páncreas.

Deben saber que todas las adicciones tienen un componente emocional, no sólo fisiológico, y si usted está sano fisica y emocionalmente, puede tener la intuición abierta para observar y conocerse, y así saber lo que le hace daño y porqué, sin la necesidad de tener conocimientos de bioquímica.

Propongo pues, que paren, respiren y observen sus comportamientos antes de darse un atracón de dulces.

Nuria Azuara.