Disfruta de la experiencia con tus cinco sentidos... la aventura no ha hecho más que empezar. Estamos en Bahía de Uvita, Costa Ballena, Costa Rica. Biología tropical, cocina y arte, los metemos a la batidora... y tenemos nuestro club rural, refrescante y sabroso... ven a disfrutar de nuestros atardeceres!

viernes, 21 de mayo de 2010

Mes de Mayo agitado y ocupado

Han pasado muchos días desde las últimas noticias de la jungli, y es que trabajamos tanto que no nos da tiempo ni a sentarme a escribir un rato.



Como por fin!!!!! tenemos los planos sellados por el colegio de arquitectos de Costa Rica, hemos tenido que ir a dar las vueltas a la Municipalidad de Cortés, para pedir el permiso de construcción. Cortés es el centro administrativo del Cantón de Osa, y hay un hospital, la oficina del ayuntamiento (la Muni para los lugareños), oficinas de seguros (INS), una oficina de la seguridad social (la Caja) y una sucursal grande del Banco Nacional. Por todos esos sitios (menos el hospital, Dios nos guarde) , además de por la fotocopiadora y las oficinas del Agua en Uvita (ASADA), y la oficina del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) tuvimos que pasearnos antes de conseguir todos los papeles y sellos que necesitábamos para poder solicitar el permiso. Eso sin olvidar una copia reciente de la personería jurídica, documento que a los extranjeros sin permiso de residencia nos piden sin cesar para cualquier trámite. La personería jurídica tiene vigencia aproximada de 1 mes, y tenemos que ir hasta San Isidro a por ella (1 horita y media de carro).
Como veis, en comparación con la burocracia española, esto de aquí es casi incluso peor. Lo de los trámites por Internet aún no ha llegado.
Mientras tanto hemos seguido avanzando con la cabañita de madera, lijando y curando la madera, diseñando y encargando las ventanas y la puerta, planeando y dibujando el cuarto del wc y la ducha, y creando el super portón de cuatro metros de altura de acceso al lote, con su rótulo del FIVE SENSES.
Así que como dicen los ticos de por acá, hemos tenido muuuucho brete.

Hemos estado también entrevistando a varios constructores de la zona, para enseñarles los planos y que nos coticen la mano de obra... La verdad es que hay un poco de todo, y al final no te convence del todo nadie, o no les convences tú... pero estamos ya cerca de decidirnos por alguno, porque en seguida vamos a tener el permiso listo para comenzar la obra del restaurante.

Además tuvimos que despedir (decir adiós con un poco de pena) como se mereció a nuestra amiga madrileña Nuria, que se nos ha ido a los Nuevayores detrás de un flechazo gringo con un neoyorkino trompetista que conoció en Guanascaste... Qué suertuda! Estoy segura que se lo está pasando de muerte. De Nueva York, con unos pocos días en San José, volará de nuevo a España. Estoy casi segura de que se llevará el corazón un poco encogido y tarde o temprano regresará. Mientras tanto yo le guardo su didjiridoo de bambú, aunque no soy capaz de arrancarle un solo sonido... Jo, Nuri, me tenías que haber enseñado un poco a tocarlo antes de irte...





Y además han llegado David y Martina desde Castellón, con la maleta bien surtida... queso manchego, jamón serrano, mochos de fregona, cajas eléctricas europeas (es que tenemos los enchufes comprados en España, pero aquí las cajas no son cuadradas, son rectangulares... Así que también hemos hecho un poco de socialización/ bienvenida con ellos. Son una parejita adorable, y tienen su cabina muy cerca de nuestra casa, así que encontramos ratos para juntarnos y charlar, comer, ir a la playa, o hacer alguna cosilla en el lote, como plantar arbolitos.

También en estos días hemos levantado la huerta... Ha sido un poco catastrófico, pero creemos que los errores tienen arreglo, así que de momento los tomates se están mojando un poco, pero mañana probablemente lo tendremos solucionado. Víctor sabe mucho de huertas y le pone buena voluntad, y mucho trabajo duro, pero a veces es un poco anárquico trabajando. Es como un chef de cocina loco, pero de la huerta, y se le va la pinza a veces. Pero no está mal. Tenemos más de 40 metros cuadrados de huerta ya casi preparada, con sus camitas y su techo de tela de sombreo (llamado aquí zarán, y pronunciado sarán), sus pasillitos... Y unas tomateras de más de medio metro de altura ya y unos pimientos rojos (chile dulce) que ya están dando sus primeros frutos.

Si a todo eso le sumamos que hemos tenido tiempo para ir a la playa, para ver atardeceres de cine (rojos, rojos, rojos, naranjas, violetas y añiles) y para dormir a pierna suelta 8 ó 9 horas seguidas... podemos llegar a la conclusión de que el tiempo cunde en Bahía aunque vaya lento. Ahí vamos. Poco a poco avanzando, sin pausa y pero sin prisa.

Saludos para todos desde la selva húmeda tropical, en una noche lluviosa acompañada del croar de las ranas, el sonido del agua y ritmos de percusión africanos (Masters of Percussion vol. 2. Buenísimo!)

Besines,

Su