Disfruta de la experiencia con tus cinco sentidos... la aventura no ha hecho más que empezar. Estamos en Bahía de Uvita, Costa Ballena, Costa Rica. Biología tropical, cocina y arte, los metemos a la batidora... y tenemos nuestro club rural, refrescante y sabroso... ven a disfrutar de nuestros atardeceres!

domingo, 28 de febrero de 2010

Shopping vegetal y matemática de supervivencia

Día para shopping vegetal y matemática de supervivencia

Hoy hemos dedicado el día a ir de compras y de prospección maderera. Para no dejar tan solitos a nuestros arbolitos, el guácimo y el guanábano, hemos ido a comprarles compañeros.

Nuestro guácimo Guazuma ulmifolia, como su propio nombre indica, es el guácimo cuyas hojas se parecen a las del olmo. Los frutitos, que están esparcidos por todo el terreno, son cápsulas ovoides de hasta 4 cm de largo, que se identifican por mostrar protuberancias coniformes en la superficie y por contener una pulpa amarilla, dulce y comestible!!! (primera noticia) con un olor semejante a la miel. Cuando maduran los frutillos se vuelven de color negro y parecen micropiñitas. Es una especie maderable, saborizante, saponífera y medicinal. Así que parece que es un buen árbol. Ideal para colgarle tres columpios.

Para tener algo de fruta un poco menos trabajosa hemos comprado varios plantones: dos naranjos, uno de naranja para comer y otro de naranjas de zumo, un aguacate, un manzano de agua, un limonero, un mango, un árbol de fruta milagrosa (el milagro es que primero saboreas su frutita, y luego cualquier cosa que comas te sabe dulce, incluso el limón más ácido; yo hice la prueba y quedé maravillada con el milagro), un caimito, un Ylan ylan (que no da fruta, pero sus flores tienen una fragancia especial por la tarde,
como el mejor jazmín y un carambolo. La carambola es la fruta de la foto.

Luego visitamos la planta de procesado y curado de bambú con el que queremos construir nuestra casa. Allí venden más de 30 especies de bambú diferentes. La robustez del bambú es increíble, aguanta lo que le eches encima. Hemos visto bambú de hasta 6 pulgadas de diámetro, lo que equivale a 15 cm. Lo hay más grueso aún, hasta de 8 pulgadas, pero es carisísimo. Es decir, el diámetro de ese bambú (el de 6 pulgadas) es una columna reforzada tan ancha como mi palmo. Lo venden en varas de 6 metros de largo (uau) aunque si se necesitan más largas también las tienen (pero más caras)
Un metro cuadrado de varilla de bambú de 1-1,5 pulgadas sale como a 8 €, de tal manera que un cielo raso, es decir, un techo horizontal de 100 metros cuadrados cuesta como 800 €, pero si el techo es inclinado haciendo las aguas del tejado, pues puede subir hasta los 1100 dependiendo de la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos, es decir, de la hipotenusa. Yo cuando hice la selectividad pensé que no volvería nunca a hablar de hipotenusas, y ya ves, al final, todo vuelve. Como el Ciclo de Krebs.


Para esta vida de constructora rural las matemáticas y las leyes físicas de la escuela son de gran ayuda, a la hora de calcular la madera que necesitamos, la dureza de los soportes, el número de vigas, los pilares que sujetarán la estructura, las áreas, los precios... por ejemplo: la madera se vende en pulgadas cúbicas!!!!! No en metros, ni en listones, ni en viguetas, tablas, ni en metros cuadrados... esto no es el Leroy Merlín, esto es un aserradero. ¿Cuanto cuesta esta madera para suelo de 100 metros cuadrados? Pues si la madera cuesta 1200 colones por pulgada (cúbica) ponte a calcular. Es como para llevar todo el día la calculadora en el bolsillo. Para rematar a veces los precios son en colones (a día de hoy aprox 750 colones son un euro) y otras veces en dólares (550 colones es un dólar hoy) y el valor del dólar y el euro también cambia diariamente (hoy 1 € son 1,36 dólares) con lo cual la cuenta a es a veces un quebradero de cabeza.

Terminando la jornada de shopping nos hemos agenciado 14 matillas de bambú enano (enano es porque “sólo” crece unos 4 metros de alto) a 700 colones la mata. Este bambú se reproduce rápidamente, es una especie muy colonizadora, así que nos va a servir también para hacer setos impenetrables para que no se nos cuelen los mangutas del pueblo, que haberlos haylos, como las meigas.

El finde pasado estuvimos en el Rodeo de ls fiestas de Colinas, y aquí pueden ver al mejor de los montadores de búfalos de la zona, viva su arte!!!

Besos desde la piscina del vecino!

lunes, 22 de febrero de 2010

Palabras nuevas y ricos cocos


Otro día más en Costa Rica. Ya parece que vivo acá. Conozco a muchas personas del pueblo y muchos me conocen a mí. Los turistas me preguntan por lugares que conozco y les doy indicaciones en español o en inglés. Ya estamos más cerca de empezar nuestra obra maestra de la construcción. Tenemos arquitectos, dos a falta de uno, un francés y un tico que trabajan juntos como la empresa ecoarc.

Ya hemos decidido que vamos a construir todo lo que podamos con Bambú. Es bonito, barato, duradero, orgánico, y muy fuerte!! Lo importante del bambú es que esté bien curado. Meten a presión ácido bórico que lo cura todo, bichos fuera forever. Si no se cura bien, se lo come el comegén (léase termita voraz).

En Costa Rica estoy aprendiendo muchas palabras nuevas, como el comegén, el concreto /cemento, algo tuanis es muy guay, y “mae” es como “tío” en argot juvenil.
Las maderas blandas de Costa Rica más conocidas, la melina y el eucalipto. Las duras, la teca, el laurel (nada que ver con el arbusto español), el cedro y otra, pero no me acuerdo del nombre.

Lo de las frutas es casi imposible, ayer probé el Caimito, otro día el Cas, la Carambola, son indescriptibles, porque no se parecen a ninguna otra fruta que haya probado antes. Muchas frutas, MUUUUUCHAS, y casi todas bien ricas.

La otra tarde fuimos a la playa y trajimos cocos, de los que ya están secos y caídos, unos cocos enoooooormes. Hoy hemos abierto dos. Pelarlos es un trabajazo para hombres rudos, menos mal que está aquí Mario, que se dio mucha maña con el pico. La cosa es clavar el pico en tierra, con un pincho para arriba, e ir desgarrando la corteza gorda del coco. Pinchar y desgarrar. Estos cocos nuestros tienen el tamaño de melones gordos o sandías pequeñas. Tras esa corteza gorda y dura como madera está el pelo. El pelo se agarra con fuerza y se arranca. Y tras el pelo la segunda corteza dura, de la que se hacen los pendientes, las pulseritas y demás abalorios de coco. Peludita y con tres ojillos. Como la de Robinson Crusoe! Se mete un destornillador por un ojillo, y se le saca el agua al coco. Y luego se quiebra el coco en dos, de un buen golpetazo contra el suelo. Y voilá! Tiene usted rica pulpa de coco, con paciencia y un cuchillo se va separando de la cáscara.

Lo mejor va a ser hacerse con un pincho. Se clava bien en la tierra, a ser posible en una base de concreto para que quede a la altura de la cintura y así mejor, porque hay qu hacer mucha fuerza. Así que ya lo voy encargando a la ferretería.

Buenas noches y buen apetito!

martes, 9 de febrero de 2010

7 de Febrero, pájaros, baile y sudor.


Los días en Costa Rica van pasando rápido, y eso que una se levanta con el canto de las primeras aves: las tangaras azulejas que viven en nuestro portón. Lo que ocurre es que a las 20:30 ya te mueres de sueño.
Y más hoy. Anoche salimos un rato, a bailar la fiebre del sábado noche en Costa Ballena. En Uvita empezamos en el Doña María, dónde solo te encuentras a unos 20 ticos mirando el pechamen de una camarera descarada y unas pocas chicas, a cada cual más gorda, jugando al billar. La música, terrible.
Así que manejando nuestra frego 4x4 nos fuimos al Jolly Rogers, un bar de piratas en lo alto del camino de Escaleras. Unos 30 gringos (estadounidenses) jugaban al poker, mientras Jenny cocina alitas de pollo y le agrega una de las 20 salsas a escoger. La decoración del bar y el entorno es bastante aceptable, y la temperatura ideal. La música, clásicos norteamericanos, oh yeah!
Tras un par de rones con CocaCola, nos aventuramos al Roca Verde, la única disco en un radio de 60 kms. El local, gracias a Dios, es muy abierto, la música ensordecedora. Techno para los gringos y luego salsa y merengue para los locales, me animó más lo segundo que lo primero, y así nos pegamos unos buenos dancings, intercambiando la pareja con Roger y Adriana, los dos ticos amigos del pueblo con los que anduvimos copeando toda lo noche. Primer propósito de la semana entrante, acudir a las clases de salsa en la Catarata los jueves, para aprender a movernos al ritmo de estos sones latinos.
En Roca Verde nos dimos cuenta de que realmente es típico el perreo por estas zonas. Las parejas bailan al restregao como en Dirty Dancing pero sin rollos peliculeros. La temperatura, se incrementa como 10 grados dentro del local, pese a que no hay paredes que lo cierren, solo un techado de zinc, soportado por madera y metal. Es totalmente descarado. No hay vergüenza, solo música, movimiento y mucha sexualidad, porque eso sobrepasa la sensualidad.
Tras sudar la camiseta, el sujetador, las braguitas, los pantalones e incluso las sandalias, decidimos volver a casa y dormir lo que se pudiera. Era “sólo” la 1:30, pero los pajarillos no distinguen el domingo, y Lula tampoco. Los primeros empiezan a trinar a volumen high a eso de las 5:30 y la segunda se alborota y te estampana un hocico húmedo y cariñoso, con suerte, en un ojo, a esa misma hora.
Por eso son las 9 menos 10, y mi chico está en la cama y yo empezando a pensar en dejar de escribir hasta mañana.
Hoy domingo, un poco de gestión costructiva a primera hora y luego día de playa con nevera de picnic incluida.
Los ticos son grandes fans del camping playero. Llegan a la playa, meten el carro debajo de las palmeras, y sacan sillas, mesas, toallas, neveras, hamacas para colgar de alguna rama, niños (muchos), perros (bastantes) comida, bebida y ganas de disfrutar con relajo.
Nosotros seguimos la onda tica. Sin niños, pero con nuestros tres perros blancos que disfrutan correteando por la arena y haciendo pipí en los cocos que cubren el suelo. Aquí es increíble la cantidad de comida que cae de los árboles.

Buenas noches con una ligera lluvia en este caluroso verano tropical,

Susana