Disfruta de la experiencia con tus cinco sentidos... la aventura no ha hecho más que empezar. Estamos en Bahía de Uvita, Costa Ballena, Costa Rica. Biología tropical, cocina y arte, los metemos a la batidora... y tenemos nuestro club rural, refrescante y sabroso... ven a disfrutar de nuestros atardeceres!

lunes, 22 de febrero de 2010

Palabras nuevas y ricos cocos


Otro día más en Costa Rica. Ya parece que vivo acá. Conozco a muchas personas del pueblo y muchos me conocen a mí. Los turistas me preguntan por lugares que conozco y les doy indicaciones en español o en inglés. Ya estamos más cerca de empezar nuestra obra maestra de la construcción. Tenemos arquitectos, dos a falta de uno, un francés y un tico que trabajan juntos como la empresa ecoarc.

Ya hemos decidido que vamos a construir todo lo que podamos con Bambú. Es bonito, barato, duradero, orgánico, y muy fuerte!! Lo importante del bambú es que esté bien curado. Meten a presión ácido bórico que lo cura todo, bichos fuera forever. Si no se cura bien, se lo come el comegén (léase termita voraz).

En Costa Rica estoy aprendiendo muchas palabras nuevas, como el comegén, el concreto /cemento, algo tuanis es muy guay, y “mae” es como “tío” en argot juvenil.
Las maderas blandas de Costa Rica más conocidas, la melina y el eucalipto. Las duras, la teca, el laurel (nada que ver con el arbusto español), el cedro y otra, pero no me acuerdo del nombre.

Lo de las frutas es casi imposible, ayer probé el Caimito, otro día el Cas, la Carambola, son indescriptibles, porque no se parecen a ninguna otra fruta que haya probado antes. Muchas frutas, MUUUUUCHAS, y casi todas bien ricas.

La otra tarde fuimos a la playa y trajimos cocos, de los que ya están secos y caídos, unos cocos enoooooormes. Hoy hemos abierto dos. Pelarlos es un trabajazo para hombres rudos, menos mal que está aquí Mario, que se dio mucha maña con el pico. La cosa es clavar el pico en tierra, con un pincho para arriba, e ir desgarrando la corteza gorda del coco. Pinchar y desgarrar. Estos cocos nuestros tienen el tamaño de melones gordos o sandías pequeñas. Tras esa corteza gorda y dura como madera está el pelo. El pelo se agarra con fuerza y se arranca. Y tras el pelo la segunda corteza dura, de la que se hacen los pendientes, las pulseritas y demás abalorios de coco. Peludita y con tres ojillos. Como la de Robinson Crusoe! Se mete un destornillador por un ojillo, y se le saca el agua al coco. Y luego se quiebra el coco en dos, de un buen golpetazo contra el suelo. Y voilá! Tiene usted rica pulpa de coco, con paciencia y un cuchillo se va separando de la cáscara.

Lo mejor va a ser hacerse con un pincho. Se clava bien en la tierra, a ser posible en una base de concreto para que quede a la altura de la cintura y así mejor, porque hay qu hacer mucha fuerza. Así que ya lo voy encargando a la ferretería.

Buenas noches y buen apetito!

1 comentario:

  1. Ya vemos que os vais adaptando bien al medio. Mamá dice que podreis haceros buenos cócteles de piña colada, pero no abuseis del coco, que engorda mucho, y además acordaros del abuelo que siempre advertía de los peligros del aceite de coco, palma y palmiste por sus grasas poco saludables.
    Ayer preparé un cocido madrileño para invitar a los amigos y fué un exito.
    Esto del cocido no creo que lo tengais fácil allí, pero con los calores, pienso que será mejor así.
    Bueno, nos alegramos mucho de que las cosas vayan avanzando, aunque sea despacio.
    Ahora sólo espero que estas líneas os lleguen, porque no las tengo todas conmigo de que sea capaz de hacerlo bien. Muchos besos y cuidaros mucho.

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